Por la mañana hemos
preparado el petate y nos hemos ido hacia la isla de Oljón, la tercera mayor
isla lacustre del mundo. http://es.wikipedia.org/wiki/Isla_de_Olj%C3%B3n
Tenemos que hacer trescientos y pico kilómetros de carreteras rusas.
Concretamos lo de carreteras rusas porque son distintas a lo que estamos
acostumbrados en casa. Desde que hemos entrado en este país hemos sufrido
baches, agujeros, rotos, tierra, barro, piedras, rallados longitudinales, transversales,
parches abombados, parches sin rellenar, charcos enormes de agua sucia,
maderas,…parece mentira el estado en que están las carreteras, pero el paso de
centenares de camiones diariamente destrozan el asfalto. Como nos explicó
nuestro amigo Egor, con una sonrisa burlona, la red de carreteras de Rusia es
tan grande que cuando acaban de reparar por un extremo el otro está destrozado
y hay que empezar de nuevo.
Las motos estan recibiendo un tute importante sin rechistar y nos acordamos cada dia de nuestro amigo Víctor (CH MOTORRAD MANRESA). La garantia de que un gran profesional como él te ponga la moto a punto es imprescindible.
Ya que hablamos de
carreteras y de tráfico, no nos hemos encontrado con ningún problema en toda la
ruta hasta aquí. Hemos comprobado que los rusos respetan las motos y que
siempre que pueden ceden el paso y nos facilitan las maniobras.
Como más nos acercamos al
este más vehículos vemos con el volante a la derecha. De hecho hemos visto
hasta hacer prácticas de conducir con u vehiculo de autoescuela con el volante
a la derecha. Estos vehículos provienen de Japón. Son vehículos bien cuidados
(allí pasan ITV), y parece ser que baratos. El estado ruso quiere vetar esta
importación, en Novosibirsk la mitad de los coches son diestros y en la zona
del Baikal casi todos lo son.
Para llegar a la isla de Ojón
hay un ferry gratis casi cada hora pero que si cuando llegas al embarcadero no
está, es importante coger sitio. Cuando el ferry permite entrar vehículos a los
rusos les coge un ataque de ansiedad y el que estaba ultimo lo ves atravesado
para colarse en segunda posición, el tercero centrado en el que se le cuelan no
ve que otro vehiculo también le ataca por el otro lado, el cuarto se baja del
coche y grita perdiendo la posibilidad de impedir el paso a una furgoneta que
le cerrará el paso…En el ferry caben 10 turismos y baja la capacidad según las
furgonetas y camiones que pasen. Total, un follon!!!
Dos motos, ni que sea entre
la barandilla y algún vehiculo caben, o sea que no tuvimos problemas.
Al pisar la Isla de Ojón desaparece el
asfalto por completo. A unos 10 Kms tenemos parada obligada. Encontramos un
monumento a los espíritus de la isla. En el ferry ya nos habían comentado que
TENIAMOS QUE PARAR! Y HACER UNA OFRENDA A LOS ESPIRITUS! En mayúscula, si! Nos
lo dijeron en mayúsculas!. Vemos una mesita con bancos y una especie de tótem
envuelta en tela y cintas de colores. En el suelo centenares de monedas,
cigarrillos sin fumar, algún billete y botellas. Estando allí parados pasaron
alguno de los coches del ferry y sin parar lanzaron monedas a los espíritus
desde las ventanillas. Hicimos nuestra ofrenda monetaria y seguimos los casi 30
kms hasta el pueblo donde pasaríamos la noche, Juzhir.
La comunidad Buriata que
reside en la isla son fermentes creyentes en los espíritus y tienen en los
chamanes canal directo con ellos. Estos habitantes viven todo el año en total
paz preparándose para los meses de verano recibir varios miles de compatriotas
de vacaciones. Se están construyendo muchísimas casitas de madera y hay quien
adapta su propia casa para alojarlos.
La pista que nos lleva hasta
Juzhir es rápida pero esconde zonas de arena que ponen a prueba nuestra
habilidad para controlar la moto cargada, buen entreno para afrontar las pistas
de arena que tendremos que atravesar cuando lleguemos a Mongolia.
Encontramos el hotel, que habíamos
reservado por booking y nos instalamos. Después de una buena ducha salimos a
inspeccionar los alrededores. Ya de camino al pueblo quedamos asombrados por lo
bonita que es la isla y durante el paseo decidimos quedarnos un día entero más
para poder visitarla mejor.
Fue la mejor decisión porque
la mañana siguiente, empleando las cualidades trail de las GS’s, cruzamos la
isla hasta la otra orilla, caminos
secundarios. Una ruta recomendable 100%.
En el hotel nos trataros a
cuerpo de Rey. La cocinera se empleó a fondo para ofrecernos platos típicos. Al
tener dos ‘tragaldabas’ como comensales y ver que le devolvíamos los platos
hasta rebañados con pan, ella disfrutó casi más que nosotros. Parece ser que la
gente que acude al hotel comen como pajaritos, decía ella.
Nos llevaron a ver una roca
a la que llaman ‘Shamanka’, la roca del ‘Shaman’, que es un lugar sagrado para
ellos en la que solo pueden ir los ‘Shamanes’. Antiguamente eran incinerados
aquí. Quisimos coger una piedra ‘shamanica’ para la colección de la Tati, pero no pudimos porque
nos dijeron que NO SE PODIAN COGER PIEDRAS DE ESTE LUGAR!, en mayúsculas también.
Mas tarde, a escondidas, cogimos una.
Pasó el día de descanso muy rápidamente
y por la tarde fuimos a ver la puesta de sol al Baikal y despedirnos de
‘Shamanka’ .
Realmente la isla es un
lugar especial que recomendamos visitar si se tiene oportunidad (fuera de
temporada turística)
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