Después de casi 10.000 Kms hemos llegado al Lago Baikal. Como
todos los destinos míticos y deseados la sensación que te invade al llegar es
tremenda. El lago Baikal te avisa de que estas llegando. Varios kilómetros antes
de llegar a sus orillas cambia la temperatura ambiente. Notas el frío que
emana. Y finalmente cuando llegas a su orilla el horizonte de llena de azul. Inmenso.
Después de descargar en el hotel, salimos a ver qué cenábamos.
Encontramos una pareja joven que les pedimos qué podíamos comer bueno y barato.
Sin pensárselo dos veces nos guiaron hasta una parada de pescado. La parada
estaba justo delante de una casa que debían ser los que servían el pescado. Tenían
pescado preparado de diferentes formas, abierto con unos palillos y frío o
caliente recién ahumado.
En una especie de barbacoa ahumaban el pescado típico y que
solo se encuentra en el Baikal, el Omul (http://es.wikipedia.org/wiki/Coregonus_migratorius
)
El Omul ahumado esta buenísimo! Te lo comes sin nigua espina, todas quedan pegadas a la raspa central y a partir de ese momento lo hemos ido pidiendo allí donde paramos a comer. Tambien lo hemos comido fresco, sin cocinar y ahora tenemos la obligacion de encontrarlo en conserva para poder llevarnoslo a casa y que la familia lo pruebe.
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