dijous, 22 de maig del 2014

Ulan Ude



Ulan Ude es una urbe enorme con un tráfico muy denso. La hemos tenido que atravesar completamente. Estamos en un país en el que las ciudades están creciendo mucho, lo vemos en que hay muchos edificios nuevos y en construcción pero están olvidando las infraestructuras necesarias para absorber el aumento de población y por tanto de tráfico rodado. ( http://es.wikipedia.org/wiki/Ul%C3%A1n-Ud%C3%A9 )
Después de circular por medio de montañas y zonas inhóspitas cuesta de golpe adentrarse en una gran ciudad, llena de trampas en el asfalto, tráfico denso y agresivo.
Nuestro objetivo en Ulan Ude es ver la gigantesca cabeza de Lenin que hay en el centro. Aparcamos en la plaza justo delante del busto. Durante el viaje hemos ido viendo otros bustos de Lenin pero este supera con creces los demás, es por eso que es el mayor del mundo. 
Mientras realizamos el ritual de sacarse guantes, casco, abrir maletas,..., somos a menudo el centro de atención de la gente que nos ve. Al principio del viaje la gente se sorprendía de nuestro destino, ahora es la procedencia lo que les asombra. En Rusia “Acuda?” o de dónde vienes?, “Cudá?” o dónde vas?. 
 Nos acercamos al "cabezón" de Lenin para fotografiarlo de cerca y al volver a las motos nos esperaba un tipo con pinta asiática. Decía ser del moto club de UlanBaatar pero que estaba en UlanUde y que también era socio de este club. Nos explicó que el moto club de la ciudad habia acogido a muchos motoristas en ruta y que disponían de camas y ducha si queríamos pasar la noche allí. No nos pareció mala idea pero antes queríamos visitar el monasterio budista que hay en la afueras de la ciudad. Nos dijo que en la plaza donde estábamos habían diversas WiFi’s abiertas y que cuando volviéramos de la visita, él se habría dado de alta en nuestro facebook y podríamos hablar para quedar en el moto club. Le dimos nuestra tarjeta con las direcciones de facebook, email,…, y nos fuimos a visitar Ivolginsk .                                   ( http://en.wikipedia.org/wiki/Ivolginsky_Datsan ).
Este templo budista está abierto a todo quien quiera visitarlo. En su interior vemos las sencillas viviendas de sus habitantes y los coloridos templos.  El recinto se visita por un camino empedrado que va uniendo los diferentes puntos a visitar. Coincidimos con visitantes  que creemos vienen con frecuencia. Giramos alrededor del recinto en el sentido de las agujas del reloj y a partir de ahora todo será en sentido horario y vamos siguiendo y copiando los movimientos de nuestros guías esporádicos.
Nos cuentan que aquí hay un monje que con solo verte y tomándote el pulso te dice de qué padeces y puedes irte cargado de remedios naturales para tratar los males que te ha encontrado. 
Tomamos fotografías y pasamos un par de horas deambulando entre coloridos templos, casas de madera, tiendas de souvenirs y algún que otro monje, una visita interesante. Lastima nuestra ignorancia sobre el budismo porque seguro que le habríamos sacado mucho partido si hubiéramos conocido la simbología y tradiciones budistas.
Retrocedimos hasta UlanUde para encontrarnos con el socio del moto club con el que habíamos quedado. En la plaza nos conectamos a Internet pero no vimos que se hubiera “hecho amigo” el chico motero. Nos lo tomamos con calma y aprovechamos para charlar con la familia.
Pasó una hora y no teníamos noticia de él. Decidimos tirar adelante hacia la frontera con Mongolia con la intención de encontrar algún hotel durante el camino.

Paramos después de unos 60kms en un pueblo que nos pareció suficientemente grande como para disponer de algún hotelito. En la gasolinera, preguntamos y nos indicaron que en el centro, junto al Baikal Bank habia uno. Fuimos hasta el centro del pueblo y no fuimos capaces de encontrarlo. Preguntamos y mientras intentaban guiarnos por señas paró un vehiculo del que bajó un tipo grandote. Tenía cara de ser bonachón y nos dijo como pudo que las motos no estarían seguras en la calle y que nos guiaba hasta un lugar seguro. Atravesamos el pueblo en dirección contraria hasta una especie de garaje donde un guardia de seguridad controlaba la zona. Nos negoció 200 rublos por guardar la moto durante la noche. La opción era correcta pero algo nos daba mala espina. Nos sentíamos demasiado observados por la gente y grupos de jóvenes se giraban a nuestro paso y no era para saludar como estábamos acostumbrados. Quedamos con el guardia que íbamos al hotel a descargar y que después volvíamos a guardar las motos. En el camino hasta el hotel vimos una comisaría de policía. Paramos a preguntar. Habia diversos tipos de polis, Vestidos de camuflaje, con traje azul y unos de mas serios con una especie de cazadora de piel lisa negra. Después de hacernos entender y explicarles quien éramos nos dijeron que podríamos dejar las motos allí mismo ya que estábamos en un pueblo bastante conflictivo. Les dimos las gracias y fuimos hacia hotel, que aun no habíamos ni encontrado. Al parar las motos en la puerta, en medio de una calle sin asfaltar que parecía extraída del una peli del oeste, se nos acercaron unos chicos que se interesaron por nosotros. ‘Acuda?  Cudá? ‘ que si pon la moto en marcha, que a ver como suena si aceleras,…’ de pronto aparecieron dos policías y los chicos se esfumaron al primer bufido policial. Estos agentes ya sabían quien éramos y parecía que les habían enviado a ver cómo nos iban los trámites. Mas en señas que hablando entendimos que no era bueno que nos quedáramos allí, que peligraba nuestro equipaje y que también las motos ni que las cerráramos en un patio interior que los del hotel ya nos habían abierto. Nos remitieron a hacer los casi 200kms hasta la frontera con Mongolia y que allí encontraríamos hotel y la tranquilidad necesaria.
Ipso facto agradecimos su propuesta y salimos de allí pitando. En la carretera no vimos ningún hotel ni pueblo, todo desierto, hasta que a nuestra izquierda encontramos un pequeño restaurante.
 Paramos a preguntar la posibilidad de dormir allí y después de deliberar dentro de la cocina, salió el propietario y nos dijo que nos quedáramos que no habría problema.
Aquí reside una familia formada por Sasha, su mujer Tania, sus tres hijos y varias personas mas que creímos fueran familiares.

Sasha nos mostró la que seria nuestra habitación y vimos que estábamos ocupando la habitación de alguien, vamos que alguien de la familia esta noche dormiría en algún sofá. Sasha nos ofreció cenar y después nos ofreció prepararnos una sauna rusa a lo que no pudimos negarnos.
La cena fue de platos típicos de la zona, todos buenísimos. Estamos preparando un post especial “comida” en la que podréis ver TODOS los platos que hemos probado.
La sauna era “hand made” con maderas, aislantes, ladrillos y la caldera soldada por el propio Sasha. Está en una caseta adjunta a la principal con una primera habitación con un par de sofás y una mesa. Por una puerta hecha de tablones entras en el infierno! Teníamos un barril enorme de agua helada, dos palanganas metálicas, un bote con mango de madera para tirar agua sobre unas piedras calientes para generar vapor. Nos trajeron varias ramas con hojas atadas entre sí formando una especie de escoba. Sasha nos explicó qué debíamos hacer con todos los utensilios.  
Cuando alguna vez tienes oportunidad de hacer algo diferente y especial no pierdas la oportunidad, ésta fue la nuestra y nos acordaremos de por vida. Tomamos una sauna  rusa en el mejor de los lugares, en la propia casa de un ruso amable y generoso.
Gracias Sasha, Tania y familia.

dimecres, 21 de maig del 2014

Isla de Oljón- UlanUde



Abandonamos la isla de Oljón muy a pesar nuestro pero tenemos que seguir adelante. Después de superar el embudo del ferry hacemos tierra firme y emprendemos la marcha hacia Irkutks. Al alejarnos del lago notamos como la temperatura cambia. Desde el primer momento, al llegar al lago, notamos cómo influenciaba el Baikal a la temperatura ambiente del alrededor, es como una nevera!.  Fueron pasando los kilómetros y fuimos viendo que nos dirigiamos hacia una tormenta. La temperatura empezó a bajar en picado y no tardamos en ver cómo los copos de nieve se empezaban a pegar en la visera del casco. No creimos que fuera una nevada importante, seria sólo unos copos de nieve y nada mas. Estamos en Siberia y esto debe ser normal, no?.
Nos cruzamos con varios coches que llevaban todo el frontal helado y cubierto de nieve cuando llegamos a un café donde reposar, calentarnos con un ‘xai’ y prepararnos para lo que nos esperaba.
Desde dentro del café vimos como llegaban los coches llenos de nieve y que la nevada cada vez era de mayor intensidad. Decidimos armarnos de valor, equiparnos con los trajes de agua y continuar hacia Irkutks.
Ya no estábamos a 3 grados, bajamos hasta -4 y todos los alrededores de la carretera quedaron blancos. Nuestro miedo era que la carretera helara ya que aquí no tiran sal ni pasa la el quitanieves ni nada de nada…
Fuimos tirando y tirando con mucho cuidado hasta que cerca de Irkutsk dejó de nevar y subió un poco la temperatura. El paisaje quedó blanco con unos buenos centímetros de nieve, paisaje que no nos abandonaría hasta llegar a Ulan Ude.
Dormimos en un hotel de carretera cuando ya pensábamos que nos tocaría dormir en una parada de autobús. Cenamos sopa para recuperar calor. Aquí ya no tenían la sopa ucraniana ‘Borsh’, pedimos ‘Lagman’, según indicaciones en el hotel de Oljón, era la sopa típica de Ulan Ude.
Ha sido un día de enlace entre Oljón y UlanUde, nieve, frío, cambio de paisaje y despedida del lago Baikal.

A 10.000Kms de casa (Isla de Oljón)



Por la mañana hemos preparado el petate y nos hemos ido hacia la isla de Oljón, la tercera mayor isla lacustre del mundo. http://es.wikipedia.org/wiki/Isla_de_Olj%C3%B3n Tenemos que hacer trescientos y pico kilómetros de carreteras rusas. Concretamos lo de carreteras rusas porque son distintas a lo que estamos acostumbrados en casa. Desde que hemos entrado en este país hemos sufrido baches, agujeros, rotos, tierra, barro, piedras,  rallados longitudinales, transversales, parches abombados, parches sin rellenar, charcos enormes de agua sucia, maderas,…parece mentira el estado en que están las carreteras, pero el paso de centenares de camiones diariamente destrozan el asfalto. Como nos explicó nuestro amigo Egor, con una sonrisa burlona, la red de carreteras de Rusia es tan grande que cuando acaban de reparar por un extremo el otro está destrozado y hay que empezar de nuevo.




Las motos estan recibiendo un tute importante sin rechistar y nos acordamos cada dia de nuestro amigo Víctor (CH MOTORRAD MANRESA). La garantia de que un gran profesional como él te  ponga la moto a punto es imprescindible. 
Ya que hablamos de carreteras y de tráfico, no nos hemos encontrado con ningún problema en toda la ruta hasta aquí. Hemos comprobado que los rusos respetan las motos y que siempre que pueden ceden el paso y nos facilitan las maniobras.
Como más nos acercamos al este más vehículos vemos con el volante a la derecha. De hecho hemos visto hasta hacer prácticas de conducir con u vehiculo de autoescuela con el volante a la derecha. Estos vehículos provienen de Japón. Son vehículos bien cuidados (allí pasan ITV), y parece ser que baratos. El estado ruso quiere vetar esta importación, en Novosibirsk la mitad de los coches son diestros y en la zona del Baikal casi todos lo son.
Para llegar a la isla de Ojón hay un ferry gratis casi cada hora pero que si cuando llegas al embarcadero no está, es importante coger sitio. Cuando el ferry permite entrar vehículos a los rusos les coge un ataque de ansiedad y el que estaba ultimo lo ves atravesado para colarse en segunda posición, el tercero centrado en el que se le cuelan no ve que otro vehiculo también le ataca por el otro lado, el cuarto se baja del coche y grita perdiendo la posibilidad de impedir el paso a una furgoneta que le cerrará el paso…En el ferry caben 10 turismos y baja la capacidad según las furgonetas y camiones que pasen. Total, un follon!!!
Dos motos, ni que sea entre la barandilla y algún vehiculo caben, o sea que no tuvimos problemas.
Al pisar la Isla de Ojón desaparece el asfalto por completo. A unos 10 Kms tenemos parada obligada. Encontramos un monumento a los espíritus de la isla. En el ferry ya nos habían comentado que TENIAMOS QUE PARAR! Y HACER UNA OFRENDA A LOS ESPIRITUS! En mayúscula, si! Nos lo dijeron en mayúsculas!. Vemos una mesita con bancos y una especie de tótem envuelta en tela y cintas de colores. En el suelo centenares de monedas, cigarrillos sin fumar, algún billete y botellas. Estando allí parados pasaron alguno de los coches del ferry y sin parar lanzaron monedas a los espíritus desde las ventanillas. Hicimos nuestra ofrenda monetaria y seguimos los casi 30 kms hasta el pueblo donde pasaríamos la noche, Juzhir.
La comunidad Buriata que reside en la isla son fermentes creyentes en los espíritus y tienen en los chamanes canal directo con ellos. Estos habitantes viven todo el año en total paz preparándose para los meses de verano recibir varios miles de compatriotas de vacaciones. Se están construyendo muchísimas casitas de madera y hay quien adapta su propia casa para alojarlos.
La pista que nos lleva hasta Juzhir es rápida pero esconde zonas de arena que ponen a prueba nuestra habilidad para controlar la moto cargada, buen entreno para afrontar las pistas de arena que tendremos que atravesar cuando lleguemos a Mongolia.
Encontramos el hotel, que habíamos reservado por booking y nos instalamos. Después de una buena ducha salimos a inspeccionar los alrededores. Ya de camino al pueblo quedamos asombrados por lo bonita que es la isla y durante el paseo decidimos quedarnos un día entero más para poder visitarla mejor.
Fue la mejor decisión porque la mañana siguiente, empleando las cualidades trail de las GS’s, cruzamos la isla hasta la otra orilla,  caminos secundarios. Una ruta recomendable 100%.
En el hotel nos trataros a cuerpo de Rey. La cocinera se empleó a fondo para ofrecernos platos típicos. Al tener dos ‘tragaldabas’ como comensales y ver que le devolvíamos los platos hasta rebañados con pan, ella disfrutó casi más que nosotros. Parece ser que la gente que acude al hotel comen como pajaritos, decía ella.
Nos llevaron a ver una roca a la que llaman ‘Shamanka’, la roca del ‘Shaman’, que es un lugar sagrado para ellos en la que solo pueden ir los ‘Shamanes’. Antiguamente eran incinerados aquí. Quisimos coger una piedra ‘shamanica’ para la colección de la Tati, pero no pudimos porque nos dijeron que NO SE PODIAN COGER PIEDRAS DE ESTE LUGAR!, en mayúsculas también. Mas tarde, a escondidas, cogimos una.
Pasó el día de descanso muy rápidamente y por la tarde fuimos a ver la puesta de sol al Baikal y despedirnos de ‘Shamanka’ .
Realmente la isla es un lugar especial que recomendamos visitar si se tiene oportunidad (fuera de temporada turística)

dilluns, 19 de maig del 2014

A 10.000 Kms de casa (1era parte)



Después de casi 10.000 Kms hemos llegado al Lago Baikal. Como todos los destinos míticos y deseados la sensación que te invade al llegar es tremenda. El lago Baikal te avisa de que estas llegando. Varios kilómetros antes de llegar a sus orillas cambia la temperatura ambiente. Notas el frío que emana. Y finalmente cuando llegas a su orilla el horizonte de llena de azul. Inmenso. 


Después de descargar en el hotel, salimos a ver qué cenábamos. Encontramos una pareja joven que les pedimos qué podíamos comer bueno y barato. Sin pensárselo dos veces nos guiaron hasta una parada de pescado. La parada estaba justo delante de una casa que debían ser los que servían el pescado. Tenían pescado preparado de diferentes formas, abierto con unos palillos y frío o caliente recién ahumado.
En una especie de barbacoa ahumaban el pescado típico y que solo se encuentra en el Baikal, el Omul (http://es.wikipedia.org/wiki/Coregonus_migratorius )




 El Omul ahumado esta buenísimo! Te lo comes sin nigua espina, todas quedan pegadas a la raspa central y a partir de ese momento lo hemos ido pidiendo allí donde paramos a comer. Tambien lo hemos comido fresco, sin cocinar y ahora tenemos la obligacion de encontrarlo en conserva para poder llevarnoslo a casa y que la familia lo pruebe.